La investigación científica de Lyle Mcdonald sobre las respuestas hormonales a la comida basura es ya más que conocida en páginas y foros de internet, para quienes no estáis al corriente os haré un pequeño resumen.
Se comparan las respuestas hormonales a la comida basura con las de la comida saludable “similar” de diferente composición. Seis hombres con sobrepeso recibieron un desayuno estándar a las 8:00 a.m en tres ocasiones, seguido de 3 comidas por la tarde.
- Comida 1 (1044 Kcal): Big Mac (hamburguesa), patatas fritas y cerveza endulzada con jarabe de fructosa.
- Comida 2 (1154 Kcal): ternera orgánica preparada con queso cheddar, pan de hamburguesa hecho con harina de trigo natural refinado, sal no yodada, leche descremada en polvo… y una cerveza.
- Comida 3 (1160 Kcal): sándwich de pavo asado en rodajas, queso cheddar, pan integral hecho con trigo entero natural y sin refinar, harinas blancas, aceite de colza… y muesli preparados con alimentos orgánicos y un zumo de naranja natural.
La glucosa, la insulina, los ácidos grasos libres, la grelina, la leptina, los triglicéridos, el colesterol LDL y el colesterol HDL fueron medidos a intervalos de 30 minutos durante 6 horas. El cortisol salivario fue medido tras la comida. El contenido total de calorías, era similar en las 3 comidas, pero no el contenido en ácidos grasos.
La respuesta metabólica frente a las tres comidas fue prácticamente igual. En cuanto a la glucosa en sangre y respuesta a la insulina no hubo diferencias entre las comidas. Los niveles de ácidos grados mostraron pequeñas diferencias. Los niveles de triglicéridos en sangre alcanzaron un pico mayor en la ternera y pavo orgánicos que en la comida basura, pero no fue significativo. La única diferencia significativa fue un mayor descenso del colesterol LDL tras las dos comidas orgánicas en comparación con la comida basura.
Desde mi opinión profesional este estudio tiene dos grandes limitaciones:
- Solo examino un día aislado, ¿Qué ocurriría con los niveles si toda la dieta se basara en este tipo de alimentos?
- Se tomaron demasiado pocas muestras, únicamente 6 hombres (y dos mujeres cuyos resultados fueron descartados)
Este estudio demuestra lo que digo siempre, una comida basura no te va a convertir inmediatamente en un obeso mórbido. Eso sí, sabiendo como alimentarte el resto de días y que hacer para depurar o desintoxicar el cuerpo si la circunstancia lo requiere, con esta depuración me refiero a crear las condiciones óptimas para que nuestro organismo pueda limpiarse y restablecer el equilibrio estomacal. Ten en cuenta que cuando el cuerpo ve sobrepasada su capacidad de eliminación de toxinas, almacena las sobrantes (en forma de grasa).
PON UN PUNTO Y FINAL A LOS MALOS HÁBITOS EN TU VIDA CON ESTE BOMBARDEO DE INFORMACIÓN
- Se ha demostrado que la comida basura eleva los niveles de colesterol “malo” (LDL), provoca el aumento de peso y riesgo de diabetes.
- Según una investigación realizada en 2010 publicada en el periódico “Journal of Epidemiology & Community Health” los niños que consumen comida basura tienen niveles más bajos de CI, ya que está relacionado con un desarrollo cerebral entorpecido.
- La comida rápida está fabricada para poderse hacer casi instantáneamente perdiendo prácticamente todo su valor nutritivo y necesitando gran cantidad de productos químicos, aditivos y conservantes.
- De nuevo relacionado con el colesterol malo, se pueden presentar los accidentes cerebrovasculares por la obstrucción de las arterias.
- La comida rápida tiene un alto contenido de radicales libres que aceleran el proceso de envejecimiento.
- Estudios realizados en la Universidad de Princeton (USA), han demostrado que los azúcares contenidos en la comida rápida causan adicción ya que al consumirlos liberamos dopamina (neurotransmisor que busca el placer). También la forma de preparación de estos alimentos suele ser, fritos, empanados o rebozados por lo que además dificulta las digestiones.
RECUERDA: La comida basura satisface el hambre y tu deseo de comer algo rico, pero no los requerimientos nutricionales para mantenerse sano.
¿Y ahora qué? Con la navidad (y los excesos que supone habitualmente) a la vuelta de la esquina, ¿No crees que es el momento de cambiar?