Todos nos hemos preguntado alguna vez por qué la genética es tan diferente de unas personas a otras. Mientras que algunos no consiguen adelgazar, otros tienen grandes problemas para coger peso, unos tienen unas piernas fuertes o cadera ancha, mientras que otros invierten horas de esfuerzo en el gimnasio para ver muy poco resultado. Culpar a la genética siempre ha sido una excusa generalizada, no lo hagas más de lo necesario.
Es real que en cierto modo tu genética es culpable del cuerpo que tienes hoy en día, la opinión de los expertos sobre genética es muy diversa, pero muchos coinciden en que aunque la composición genética predispone a que tengas un tipo de cuerpo, no determina que sea así, sino que se puede modificar.
La genética influye directamente en las calorías que consumes tanto en reposo (tasa metabólica basal) como en movimiento, determina cómo el cuerpo procesa la grasa y las zonas donde la almacena, pero no influye en tus hábitos y estilo de vida. ¿Por qué dos gemelos criados separados “no se parecen en nada” cuando su genética es idéntica?
Cuando los padres son obesos o uno de ellos lo es, la probabilidad de que lo sean también sus hijos aumenta entre un 50 y un 80%, pero no tanto por su genética sino por los hábitos y costumbres que estos le transmiten ya que se ha observado la misma tendencia en hijos biológicos como en hijos adoptivos. Con una dieta adecuada y haciendo ejercicio físico en la mayoría de los casos la obesidad no se desarrollará.
Actualmente se considera que la herencia condiciona un 40%, afectando al metabolismo, la composición corporal o el control del apetito, pero ¿qué ocurre con el otro 60%? Una buena dieta diaria y el ejercicio físico adecuado son la ecuación perfecta. Además la obesidad debe ser atacada cuando antes, se ha demostrado que si el niño/a padece sobrepeso entre los 6 meses y los 7 años tiene un 50% más de probabilidad de ser un adulto obeso, si este sobrepeso se manifiesta entre los 6 y los 13 años la posibilidad de serlo aumenta hasta el 70%.
Por lo tanto, siendo conscientes de que existe una predisposición genética a un tipo de cuerpo, la mayoría de especialistas, entrenadores, endocrinos, nutricionistas y un largo etc consideramos que la obesidad no es hereditaria porque si, sino que la influencia de factores externos resulta de vital importancia en el desarrollo de un tipo y otro de cuerpo.