Seguro que a la gran mayoría de nosotros nos ha pasado mil veces que por la tarde entran unas ganas incontrolables de comer algo dulce y con una buena carga de calorías. Pese a que somos conscientes de que no debemos hacerlo caemos en la tentación y comemos algo de chocolate, galletas o similares y no acabamos de entender por qué apetece dulce por la tarde.
¿Cuántas veces te has levantado y atracado la nevera en medio de la noche? Tienes ganas de un capricho, lo tomas, por un momento la ansiedad disminuye y te sientes mejor, pero realmente ¿Cuánto dura esa sensación? Al poco el subidón del azúcar se termina y de nuevo quieres más, además de sentirte mal y únicamente conseguir agravar el problema.
La tarde suele suponer el final de la jornada, el momento en que el cuerpo se empieza a relajar y a pasar factura de una mala alimentación durante el día, entre el trabajo y ritmo de vida que llevamos apenas hemos apreciado de los nutrientes que hemos tomado y si las horas eran las correctas. Por eso, este artículo va orientado a saber por qué sucede esto y cómo podemos evitarlo.
Consejo 1
Hacer 5 comidas a lo largo del día y no saltárselas es importante para mantener las reservas de energía y evitar que por la tarde sintamos esa necesidad de alimentos calóricos. Estas comidas además han de ser ricas en proteínas, vitaminas, minerales e hidratos de carbono de asimilación lenta.
Consejo 2
Sitúa la actividad física a esa hora del día, tu cuerpo liberará endorfinas que te harán sentir relajado y mejor, además de ocupar esas horas que de haber estado en el sofá ya tendrías algo entre las manos.
Consejo 3
Rodéate de productos sanos y saludables, no tengas en casa comida basura y alimentos ricos en azúcares. No te engañes con la excusa de “si viene una visita” o por si “vienen niños” ya lo comprarás en ese momento en caso de tener que hacerlo.
Consejo 4
No formes un círculo vicioso, comemos mal por la tarde o a media noche y al día siguiente no desayunamos o nos saltamos comidas “para compensar”, lo único que vas a conseguir es caer de nuevo. Evita esa forma de auto-engañarte.
Consejo 5
No todo es fácil al principio, ya te has mentalizado y sabes que no puedes pecar pero aun no puedes evitar ir a la nevera en busca de algo que te sacie. En ese caso debes tener a mano gelatinas sin azúcar, algo de queso fresco desnatado o alguna fruta. De esta manera puede que aún no lo hagas bien del todo pero al menos ingerirás seguro menos azúcares y grasas.
Consejo 6
No te mientas. Se honesto contigo mism@, el comer compulsivamente puede ser una respuesta emocional ante situaciones de estrés, ansiedad o que se escapan a nuestro control. Comer sólo es una forma de mantener ocupado o calmar la presión psicológica, pero realmente es la cabeza la que necesita alimentarse, no el estómago, no le des la comida que pide.
Consejo 7
Descansar correctamente hacen que el organismo produzca leptina, una hormona capaz de hacer que nos enfrentemos mucha más capacidad de resolución a los problemas cotidianos.
Consejo 8
Las malas dietas tienen el concepto erróneo de que los hidratos de carbono engordan, lo que hace que un porcentaje alto de personas no tomen apenas glucosa, se sientan por tanto cansadas y cuando no pueden más se den un atracón sin control de dulce. No elimines por completo los carbohidratos de tu dieta, incluye los correctos como cereales integrales, pasta, arroz, patata y demás hidratos complejos.
Consejo 9
Aprende a leer las etiquetas. “Dan igual las calorías” Importa de dónde proceden no cuantas son y si la fuente de hidratos es carbono es azúcar o no. Os sorprenderá la cantidad de azúcares que contienen los zumos prefabricados y alimentos en conserva que compramos.
Consejo 10
Podemos también sentir ansia de carbohidratos debido a bajos niveles de serotonina. El cuerpo produce serotonina a partir del triptófano, cuando ingerimos azúcar la serotonina aumenta debido a la insulina que se produce, por tanto para controlar la adicción al dulce por este motivo debes incluir alimentos cargados de triptófano como pavo, vegetales o semillas.
Consejo 11
Síndrome premenstrual, muchas mujeres en ese momento no pueden dejar de repetir la famosa frase: “El cuerpo me pide chocolate”. El cuerpo no pide, el cuerpo no habla, eres tu quien decide lo que pide en base a que te gusta su sabor, te sacia o simplemente te produce sensación de placer. Las nueces de macadamia, un suplemento de glutamina o ácidos grasos esenciales como Omega 3 son igual de efectivos sin repercutir negativamente en tu aporte calórico.
Hoy en día hemos normalizado que después de comer necesitamos algo dulce, pero lejos de ser un proceso metabólico normal puede que sea un aviso de un mal funcionamiento de nuestro organismo.
Una persona diabética puede tener desequilibrios en sus niveles de glucosa porque en realidad lo que va mal es la insulina, hormona encargada de transportar la glucosa lo que le va a hacer tener gran ansia por dulces o harinas, pero si no es tu caso no te engañes. Si no tienes ningún trastorno metabólico haz un profundo trabajo de reflexión, lleva a cabo todos los consejos que has leído en este artículo y cambia tus costumbres desde este momento.
Recuerda: El cuerpo pide muchas cosas, pero la única que siempre pide es sentirse bien, tú puedes cambiar tu futuro.