Una muy buena forma de trabajar que añade más intensidad a nuestros entrenamientos, consigue saturar el músculo de una manera muy efectiva, pero nos obliga a entrenar con compañero.
Las repeticiones forzadas son una de las mejores técnicas para conseguir que nuestros músculos se congestionen y consigan ese nivel de trabajo suficiente para crecer, nos exigen disponer de un compañero para ayudarnos a terminar una repetición cuando no podemos acabarla por nosotros mismos.
La idea es sencilla: Hacemos una serie con el peso que consideremos suficiente para lo que estemos trabajando, y cuando lleguemos al fallo muscular (cuando seamos incapaces de continuar con una serie), nuestro compañero nos ayudará a acabarla y nos seguirá ayudando hasta hacer algunas repeticiones más. El objetivo de esta repetición, es llevar la serie un punto más allá del fallo muscular, de manera que el músculo se adapte para conseguir esas repeticiones extra. Es muy importante, que la ayuda no llegue hasta que no se detecte el fallo muscular, y solo se aplique la fuerza necesaria para que el ejercicio pueda continuar, ya que de otra forma, lo que estaría haciendo nuestro compañero sería hacernos la carga menos pesada.
La mejor manera de trabajar éste método, es haciendo no más de dos o tres series por grupo de esta manera en cada entrenamiento, ya que superar esto nos haría acercarnos peligrosamente al tan odiado sobreentrenamiento. Para evitar esto, tampoco es recomendable utilizarlo por tiempos prolongados, no superando nunca las 4-6 semanas consecutivas. Un buen ejemplo sería, en un entrenamiento de pecho, hacer las dos últimas series de press de banca de esta forma, y en ningún ejercicios más en el resto del entrenamiento.